Ciudad de Mexico a 3 de mayo de 2021._ Coníferas, latifoliadas tropicales, árboles, arbustos y plantas trepadoras que forman parte de 28 familias botánicas mexicanas, son productoras en mayor o menor volumen de resinas o exudados vegetales (gomas, resinas, mucílagos, aceites esenciales, aceites de semillas, alcaloides, extractos medicinales y tintes).
Entre las gomas más conocidas se encuentran el chicle, el caucho y el látex; entre las resinas destaca la trementina que “lloran” las coníferas, así como como el copal, la mirra y el incienso que transpiran las burseras, mientras algunos aceites esenciales se obtienen del lináloe.
Aunque se les llama productos forestales menores o productos forestales no maderables, podrían alcanzar o incluso superar el valor económico de la producción maderera, indica un estudio de Joaquín Antonio Quiroz Carranza y Miguel Alberto Magaña Alejandro, investigadores de las universidades Autónoma de Querétaro y Juárez Autónoma de Tabasco, respectivamente.
Son 79 los géneros de especies resinosas aprovechables para la industria alimentaria, el curtido de pieles, la elaboración de barnices, de preservadores o de aditivos de maderas, entre otros.
Con los cuales se pueden construir alternativas viables para el manejo sostenible de bosques y selvas, y para mejorar las condiciones de las y los productores y las trabajadoras y los trabajadores que participan en su transformación.
Entre las gomas más conocidas se encuentran el chicle, el caucho y el látex; entre las resinas destaca la trementina que “lloran” las coníferas, así como como el copal, la mirra y el incienso que transpiran las burseras, mientras algunos aceites esenciales se obtienen del lináloe.