A nivel mundial se encienden alarmas por el riesgo de agotar las reservas del fósforo en las tierras agrícolas.
El 95% de los alimentos se producen directa o indirectamente en los suelos, y se debe cuidar no tener deficiencias de nutrientes como Calcio, Magnesio, Potasio, Fósforo y micronutrientes en los cultivos, porque entonces los alimentos serán de calidad baja.
Este escenario exige restaurar el patrimonio suelo con el fin de enfrentar el reto de producir alimentos de alta calidad, afirmaron Gerardo Noriega Altamirano profesor-investigador de la Universidad Autónoma Chapingo y Enrique Rico Arzate académico del Instituto Politécnico Nacional.
Por ello, la labor de rescatar la tierra agrícola se inició en Michoacán donde numerosos productores, profesionales del desarrollo rural, autoridades, y académicos, que construyen estrategias para restaurar el patrimonio suelo en el marco del conocido Programa Agricultura Sustentable.
Ante la expectativa de que el suelo es un recurso natural no renovable y para formar un suelo la naturaleza requiere cientos de años, los especialistas señalaron que en la entidad michoacana el área agrícola ocupa el 28%, por ello el compostaje y la lombricultura es una alternativa de abasto nutrimental para los cultivos, ecotécnicas económicas y alcanzables, que apoyadas con inoculantes microbianos como micorrizas y bacterias solubilizadoras de fósforo, se puede caminar a la sustentabilidad.
“En Michoacán en el Programa Agricultura Sustentable desde el 2019 se promueve el uso de insumos de especialidad; fertilizantes foliares, bioestimulantes e inoculantes microbianos”, precisó el investigador de la Universidad Autónoma Chapingo.
De esta manera los productores de la mano de extensionistas y académicos se capacitan y adoptan tecnologías como el compostaje y la lombricultura para aprovechar los residuos orgánicos para producir abonos orgánicos, restaurar la fertilidad del suelo, incrementar rendimientos y calidad.
También para ofrecer a los consumidores calidad alimentaria, y en esta época contribuir a mejorar la inmunología del cuerpo humano como una medida de mitigación ante el COVID 19”, apuntó el académico del Instituto Politécnico Nacional, Enrique Rico Arzate.
Gerardo Noriega Altamirano, por su parte, informó que en Michoacán el 59% (3,447,452 ha) del territorio presenta acidez del suelo; el 49% (2,889,188 ha) poseen niveles de bajos a medios de materia orgánica; el 46% (2,707,998 ha) tienen una capacidad de intercambio catiónico de baja a media; el 65% (3,839,247 ha) son vulnerables a la compactación de suelos.
Desde hace tres años se inició el Programa Agricultura Sustentable, donde el suelo se reconoce como un recurso estratégico para la producción de alimentos, la conservación de la biología del suelo, la captura de carbono, la recarga de acuíferos.