México 6 diciembre._ México se convirtió por primera vez en el mayor exportador de fresa del mundo en 2020. De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, las exportaciones mexicanas incrementaron 12.4 por ciento, de ahí su gran importancia económica a nivel nacional.
Además de ser una de las frutas más consumidas a nivel mundial por su sabor y diversos usos en la industria gastronómica, el consumo de esta fruta representa beneficios a la salud por la disminución del riesgo de presentar enfermedades crónicas y degenerativas, pues posee cantidades relevantes de flavonoides.
Es decir, antioxidantes naturales que proporcionan un color intenso y que actúan como filtros contra los rayos ultravioleta (UV) para evitar que las plantas se quemen.
Para mantener por más tiempo este tipo de frutos y enriquecer sus propiedades, se han utilizado tratamientos físicos poscosecha, como la radiación con luz UV.
Sin embargo, la sensibilidad de los tejidos a ese tratamiento difiere en función del genotipo, estado fisiológico, composición y grosor de la piel del fruto, por lo cual, las dosis altas de luz pueden favorecer la oxidación de compuestos bioactivos, así como el oscurecimiento del tejido.
La fresa, al ser un fruto perecedero, una vez que se cosecha tarda aproximadamente ocho horas en perder sus propiedades.
Por ello, con el fin de proporcionar métodos efectivos para incrementar su contenido nutraceútico sin que afecten sus propiedades nutricionales y aumenten la vida de anaquel, en el laboratorio de Edmundo Lozoya Gloria, investigador del Cinvestav Irapuato, se han evaluado diversos factores para mejorar la técnica de aplicación de rayos UV. Esta técnica también puede aplicarse a distintos frutos, como el arándano, zarzamora, uva y jitomate.
“Los tratamientos con luz UV han demostrado su capacidad para modificar varios aspectos en diferentes tipos de frutos, como extender la vida después de la cosecha, reducir pérdidas, mantener o mejorar la calidad y potenciar sus beneficios a la salud, por ello la necesidad de mejorar su uso”, señaló Lozoya Gloria.
El objetivo principal del desarrollo tecnológico es incrementar el contenido nutracéutico, preservar la capacidad antioxidante de las frutas perecederas y mejorar la calidad poscosecha, en particular de la fresa.
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