San Luis Potosí no solo es minas, cantera rosa y desierto.
También es un auténtico paraíso para los amantes de las plantas espinosas: un territorio donde las cactáceas de San Luis Potosí conviven en una diversidad que pocos estados pueden presumir.
De acuerdo con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, en la región se han identificado 178 especies de cactus, lo que convierte al estado en líder nacional en este tipo de flora.
Un tesoro biológico que crece bajo el sol intenso y los cielos despejados del altiplano potosino.
San Luis Potosí es un jardín natural lleno de rarezas
Esta riqueza se aprecia claramente en espacios como el Jardín Botánico El Izotal, hogar de más de 2,500 ejemplares.
Allí se encuentran especies tan peculiares como:
Opuntia megarrhiza, una planta que solo existe en este estado.
Turbinicarpus laui, conocida como “biznaguita”, diminuta y en peligro, protegida por la Norma Oficial Mexicana.
Corynopuntia vilis, originaria de la zona media y adaptada a matorrales xerófilos muy específicos.
Cada una representa una historia única de adaptación y resistencia en ecosistemas áridos.
Más que paisaje: una pieza clave del ecosistema
Los cactus potosinos no solo adornan el desierto. También cumplen funciones vitales: estabilizan el suelo, retienen humedad y ofrecen refugio a aves, roedores e insectos.
Además, algunas especies como el peyote, tienen un profundo valor cultural y espiritual para comunidades indígenas.
San Luis Potosí es, en realidad, un vasto museo natural al aire libre.
Un lugar donde cada cactus cuenta una historia de supervivencia y belleza.
Cuidar estos ecosistemas no solo conserva la biodiversidad, sino que protege un legado que ha crecido durante miles de años.
Un estado que demuestra que, incluso en los paisajes más áridos, la vida florece con fuerza.
Con información de El Universal.
