En plena crisis climática, India está mirando al pasado para encontrar soluciones al futuro, en este caso, con la terracota.
Este material con más de 3,000 años de historia, ha regresado como una alternativa sostenible para enfriar viviendas y conservar alimentos sin necesidad de electricidad.
El truco está en su superficie porosa: cuando el agua se filtra y se evapora, se produce un efecto de enfriamiento natural que refresca el entorno.
Este método, usado desde la civilización Harappa en el valle del Indo, vuelve a ganar fuerza ante temperaturas que en verano superan los 38 °C.
Una técnica ancestral con usos modernos
Aunque se trata de un conocimiento antiguo, su aplicación sigue sorprendiendo. Familias y empresas indias están recuperando la terracota porque es barata, eficaz y ecológica.
Ejemplos como MittiCool, empresa que fabrica heladeras de terracota capaces de mantener frescos los alimentos entre tres y cinco días sin electricidad, muestran cómo esta técnica se adapta a las necesidades actuales.
La demanda es tan alta que sus productos incluso se agotan.
Pero no solo se trata de comida: en arquitectura, la terracota se ha usado durante siglos con las llamadas jaali, pantallas que permiten la ventilación y reducen el calor.
Hoy, estudios como CoolAnt aplican este principio en edificios completos, logrando bajar temperaturas interiores hasta en 14 °F, de manera natural y sostenible.
La terracota es un recurso para millones sin acceso a refrigeración
En India, solo el 20% de los hogares tienen aire acondicionado y apenas el 35% cuenta con una heladera.
Esto convierte a la terracota en un recurso vital: accesible, democrático y ecológico.
Frente a un futuro donde las temperaturas globales podrían aumentar hasta 2 °C antes de que termine el siglo, rescatar esta tecnología ancestral no solo es un guiño cultural, sino una estrategia de supervivencia.
La terracota demuestra que, a veces, las respuestas más innovadoras están escondidas en los saberes del pasado.
Con información de Infobae.