Cuando hablamos de revertir el cambio climático, lo primero que viene a la mente suelen ser los autos eléctricos, la energía solar o la reforestación. Pero un nuevo aliado ha emergido desde el fondo del mar: las ostras. Sí, esos moluscos que suelen aparecer en cenas elegantes podrían jugar un papel clave en salvar el planeta.
En España, el Instituto Español de Oceanografía ha comenzado un proyecto para repoblar el mar Menor con 55,000 ostras planas (Ostrea edulis), una especie autóctona que había desaparecido por la contaminación y la sobreexplotación.
El objetivo es recuperar el equilibrio ecológico de la laguna más grande de agua salada del país.
¿Y cómo ayudan las ostras al medio ambiente?
Su poder está en su forma de vida: filtran el agua, retienen nutrientes y sedimentos, y almacenan carbono en sus conchas.
Cada ejemplar actúa como un filtro natural que limpia su entorno, mejora la calidad del agua y promueve la biodiversidad.
De hecho, las primeras mediciones del proyecto ya muestran resultados prometedores, con una mayor oxigenación y menor turbidez del agua.
Además, un estudio publicado en la revista Nature reveló que por cada tonelada de ostras cultivadas se pueden fijar hasta 70 kg de carbono, 3,05 kg de nitrógeno y 0,35 kg de fósforo.
Todo esto convierte a las granjas de ostras en una alternativa sostenible a la ganadería tradicional, con una huella de carbono mucho menor.
Claro, no todo es perfecto: los expertos advierten que el impacto positivo depende de una gestión responsable y del tipo de energía utilizada en su cultivo.
Pero, si se hace bien, esta estrategia podría consolidarse como una de las pocas industrias alimentarias con un balance ecológico positivo.
En resumen, las ostras no solo son un manjar del mar: también podrían ser una de las herramientas más efectivas y naturales para frenar el cambio climático.
Con información de National Geographic.
