imagen tomada de gestoriaiborra.com
ComunicarSe presentó la edición 2026 de su esperado Informe de Tendencias, un análisis que se ha convertido en referencia para entender hacia dónde se mueve la sostenibilidad empresarial en América Latina. Este año, el documento llega a su vigésima edición y pinta un panorama desafiante: modelos que se agotan, nuevas presiones regulatorias y un cambio profundo en cómo las empresas entienden su rol social.
Con información recopilada a partir de casi 200 fuentes y dos décadas de seguimiento, el informe resume los debates y transformaciones que marcarán la agenda corporativa en los próximos años.
Ante el bajo crecimiento económico y el limitado financiamiento, América Latina necesita cambiar las reglas del juego.
Bonos temáticos, cooperación innovadora y ciudades laboratorio están emergiendo como nuevas formas de financiar la transformación sostenible.
Lo que parecía imposible vuelve con fuerza.
Varios países están retomando proyectos nucleares como complemento a las energías renovables, buscando cubrir la demanda sin comprometer la descarbonización.
El bienestar dejó de ser “soft”. Las empresas enfrentan equipos agotados y ambientes de incertidumbre.
Surgen conceptos como bienestar emocional estratégico y culturas que privilegian la conexión humana. Patagonia destaca como ejemplo global.
Los modelos circulares que mejor funcionan son los que se construyen desde lo local.
Identidad, participación y territorio se vuelven claves para avanzar más allá del reciclaje técnico.
El informe detecta un cambio de narrativa: menos apocalipsis, más soluciones reales.
La comunicación climática se orienta hacia innovación, adaptación y resultados medibles.
El cuidado emerge como motor económico. No es gasto, es inversión. Genera empleo, sostiene la resiliencia y exige a las empresas asumir corresponsabilidad desde su cultura interna.
Tras años de euforia, ESG enfrenta escepticismo. Caen menciones, suben las dudas y crecen las exigencias. No desaparece, pero evoluciona hacia mayor rigor, menos discursos y más evidencia.
La integración de la naturaleza en espacios corporativos pasa de moda estética a estándar de bienestar y productividad.
Oficinas verdes y fábricas bioclimáticas se posicionan como ventaja competitiva.
El deterioro del océano genera pérdidas millonarias. Contaminación, acidificación y pérdida de biodiversidad ponen en riesgo sectores clave como pesca y turismo. El llamado es urgente.
La responsabilidad extendida del productor acelera. Al menos 11 países avanzan en legislación que incluye trazabilidad, impuestos al plástico y sistemas de depósito y retorno. Nuevos costos, pero también nuevos incentivos para innovar.
Para Alejandro Langlois, director de ComunicarSe, el mensaje es claro:
“La sostenibilidad ya no se mide por discursos, sino por la capacidad real de transformar prácticas”.
Si necesitas una versión más breve para redes sociales o un carrusel informativo, puedo elaborarlo también.
Con información de ComunicarSe.
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