Hace no mucho, una encuesta de BlackRock reflejaba el interés de las Oficinas Familiares por duplicar sus inversiones sostenibles en los próximos cinco años; no obstante, a pesar de que los criterios ESG (environmental, social and corporate governance) siguen siendo parte fundamental para determinar las inversiones, empiezan a encontrarse con el desinterés de estas organizaciones, explica Rodrigo Besoy Sánchez.
Y añade que, esto puede tener dos vertientes, la primera de ellas en función de los esfuerzos que ya se llevaron a cabo en materia de sostenibilidad, y la segunda por los factores macroeconómicos recientes, estos últimos como detonantes de la necesidad por diversificar las carteras de inversión o el decanto por otras alternativas más rentables y atractivas.
Asimismo, Rodrigo Besoy comparte que el concepto ESG cuenta con una vigencia de más de 40 años, aunque recién tomó auge en 2015, tras firmarse el Acuerdo de París con varios objetivos ambientales como base, y siendo desde entonces adoptado por las Oficinas Familiares para plasmarlo en sus carteras de inversión, principalmente incentivado por las generaciones más jóvenes con injerencia en los patrimonios familiares.
Pese a ello, durante tres trimestres del año, de enero a septiembre de 2021 específicamente, los bonos medioambientales y bajo los criterios ESG acumularon 775 mil millones de dólares a nivel global, de acuerdo con estimaciones de Moody´s ESG Solutions, precisa el experto mexicano.
Indicadores contrastantes
Estos indicadores, a decir de Besoy Sánchez, los cuales en primera instancia podría parecer contrastantes, quedan mejor entendidos luego de conocer los países dónde se están emitiendo dichos bonos sustentables.
“Tenemos que en octubre en Reino Unido se emitió un bono verde por 13 mil 600 millones de dólares; además, en países como Colombia, Alemania, Chile y otros tantos más se registran bonos con perspectivas ESG, los cuales superan los 150 mil millones de dólares; y todo hace indicar que la tendencia seguirá en aumento. Obviamente la pregunta aquí es: ¿Por qué ante el desinterés de un segmento de Oficinas Familiares por este tipo de inversiones, se siguen perfilando más emisiones?”.
El experto considera que la explicación se encuentra en la distribución geográfica, sobre todo porque dichos bonos se están emitiendo en Europa y América Latina, regiones que se desenvuelven de manera dispar a lo que ocurre en Norteamérica y Asia-Pacífico, donde las tendencias toman otros rumbos.
Finalmente, Rodrigo Besoy Sánchez desestima que esta situación elimine el compromiso que guardan las familias poseedoras de riqueza con el medio ambiente y los problemas sociales; sin embargo, si considera latente un vaivén de movimientos en la configuración de las carteras de inversión a futuro, así como en las estrategias para llevarla a cabo.
Con información de La Razón de México