Especialistas en conservación de ecosistemas de suelo y agua ha descubierto que las costras o biocortezas adheridas a partes de la Gran Muralla China han estado sirviendo para proteger la famosa estructura de la erosión.
En su artículo publicado en la revista Science Advances , el grupo describe su estudio y análisis del material que crece en la pared.
La Gran Muralla China se construyó a lo largo de varios siglos, comenzando aproximadamente en el año 221 a. C.; su función era proteger a las personas que vivían detrás de ella de los enemigos que intentaban invadir desde el otro lado.
Investigaciones anteriores han demostrado que diferentes partes del muro estaban hechas con diferentes materiales, principalmente tierra apisonada o piedra.
La tierra apisonada se elabora mezclando materiales orgánicos con materiales inorgánicos. Por su naturaleza, estos materiales son más susceptibles a la erosión.
Esto ha llevado a preguntas sobre cómo las secciones de la pared hechas con este material han sobrevivido durante tantos años.
En este nuevo esfuerzo, los investigadores se preguntaron si quizás las costras pudieran haber desempeñado un papel, destaca phys.org
Desde hace muchos años, los científicos suponen que estas biocostras, compuestas generalmente de cianobacterias, líquenes y musgos, aceleran el proceso de erosión.
Para averiguar si ese es el caso, el equipo de investigación recogió muestras de biocortezas de varios puntos a lo largo de la pared y las llevó a un laboratorio para su estudio.
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