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La orina de ballena ayuda a que los océanos estén más vivos

Un estudio publicado en la revista científica Nature Communications dice que la orina de las ballenas barbadas tiene un papel crucial en la fertilización de los mares y océanos del planeta.

Ello estimula el crecimiento del fitoplancton y contribuyendo a la captura de dióxido de carbono.

Sabemos que las ballenas viajan miles de kilómetros desde las regiones polares, ricas en nutrientes, hacia zonas tropicales con el fin de reproducirse.

Durante este viaje, según los investigadores, estas liberan alrededor de 950 litros de orina al día, rica en nitrógeno y otros nutrientes esenciales. Este proceso ha sido denominado por algunos científicos como el gran cinturón transportador de las ballenas, ya que redistribuye nutrientes a lo largo de miles de kilómetros.

A través del proceso, áreas oceánicas que son pobres en nutrientes van siendo fertilizadas y, además, se potencia la productividad marina. Y todo tiene su base en el fitoplancton, organismos acuáticos que conforman la base de la cadena alimentaria y que dependen de nutrientes como el nitrógeno para prosperar. La orina de las ballenas, según la investigación, fomenta florecimientos de estos organismos, que durante la fotosíntesis absorben nitrógeno de carbono.

Las ballenas y el cambio climático

 

Este proceso se estima que permite eliminar alrededor de 18.180 toneladas de carbono de la atmósfera cada año, con lo que puedes imaginarte la importancia que tienen las ballenas en la lucha contra el cambio climático.

Además, estos gigantes marinos también contribuyen con lo que se conoce como bombeo de ballena, es decir, transportan nutrientes hacia el fitoplancton a través de la alimentación en aguas profundas y la excreción en la superficie del océano. Hierro y fósforo son algunos de los nutrientes esenciales involucrados en este proceso.

Mencionar a las ballenas es hablar de animales majestuosos, pero también hablar acerca de algunos de los seres que más contribuyen a la salud de los océanos y a la regulación del clima en todo el planeta. Tanto su orina como otros desechos orgánicos actúan como fertilizantes naturales, permitiendo la proliferación de los ecosistemas marinos y siendo fundamentales para capturar dióxido de carbono. Protegerlas, por tanto, es proteger el planeta.

Fuente: urbantecno.com

Silvia Chavela

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