La próxima vez que veas una Luna delgada en el cielo, fíjate bien: la parte que no ilumina el Sol brilla con un tenue resplandor gris.
Ese brillo se llama luz cenicienta, y es, literalmente, la luz que la Tierra refleja hacia la Luna.
Pero ese reflejo está cambiando.
Según un estudio publicado en Advances in Space Research, los científicos han detectado una disminución en el albedo terrestre, es decir, en la capacidad del planeta para reflejar la luz solar.
¿La razón? El cambio climático.
La reducción de nubes bajas, nieve y hielo está haciendo que la Tierra sea menos reflectante.
Esto no solo modifica el balance energético del planeta, sino también el brillo con el que iluminamos a nuestro satélite natural.
Entre los años 2000 y 2020, las mediciones del satélite CERES y las observaciones de la luz cenicienta mostraron una caída en el albedo de hasta 0.7%.
Aunque parece poco, es una señal clara de cómo incluso los fenómenos más sutiles como el brillo lunar, están revelando los efectos del calentamiento global.
Así que la próxima vez que veas esa tenue luz en la Luna, recuerda: también es un reflejo del cambio climático en la Tierra.
Con información de Meteored.
