Un nuevo sistema para producir bioplásticos más duraderos y sostenibles ha sido desarrollado aprovechando subproductos de la madera.
La investigación publicada en Nature Sustainability describe el proceso de deconstrucción de la matriz porosa de la madera natural en una lechada.
Los investigadores dicen que el material resultante muestra una alta resistencia mecánica, estabilidad al contener líquidos y resistencia a la luz ultravioleta.
También se puede reciclar o biodegradar de forma segura en el entorno natural, y tiene un menor impacto medioambiental durante el ciclo de vida en comparación con los plásticos a base de petróleo y otros plásticos biodegradables.
“Hay muchas personas que han intentado desarrollar este tipo de polímeros en plástico, pero los hilos mecánicos no son lo suficientemente buenos para reemplazar los plásticos que usamos actualmente, que están hechos principalmente de combustibles fósiles”, dice en un comunicado el coautor Yuan Yao, profesor asistente de ecología industrial y sistemas sostenibles en la Escuela de Medio Ambiente de la Universidad de Yale (YSE).
“Hemos desarrollado un proceso de fabricación sencillo y directo que genera plásticos a base de biomasa a partir de la madera, pero también plástico que también ofrece buenas propiedades mecánicas”.
Para crear la mezcla de lechada, los investigadores utilizaron un polvo de madera, un residuo de procesamiento que generalmente se descarta como desperdicio en los aserraderos, y deconstruyeron la estructura suelta y porosa del polvo con un solvente eutéctico profundo biodegradable y reciclable (DES).
La mezcla resultante, que presenta entrelazamiento a nanoescala y enlaces de hidrógeno entre la lignina regenerada y las micro / nanofibrillas de celulosa, tiene un alto contenido de sólidos y una alta viscosidad, que se puede moldear y enrollar sin romperse.
Luego, Yao dirigió una evaluación integral del ciclo de vida para probar los impactos ambientales del bioplástico contra los plásticos comunes.
Las láminas del bioplástico se enterraron en el suelo, se fracturaron después de dos semanas y se degradaron por completo después de tres meses; Además, los investigadores dicen que el bioplástico se puede volver a descomponer en la suspensión mediante agitación mecánica, lo que también permite recuperar y reutilizar el DES.