Ante la creciente presión sobre el sistema eléctrico mexicano, es necesario considerar el regreso del horario de verano, para evitar apagones y reducir el estrés en la red en las llamadas horas pico, aunque esta medida sería solo un paliativo temporal que no resuelve de fondo los problemas del sector, consideró el analista energético Ramsés Pech.
En su análisis “¿Por qué tener un horario de verano?”, Pech señala que si bien el horario estacional ayuda a desplazar la demanda eléctrica a horas con más luz solar, su impacto es limitado en un país donde la infraestructura eléctrica está saturada y las redes de distribución operan al borde de su capacidad.
La lógica técnica detrás del horario de verano es simple, pues consiste en adelantar el reloj para aprovechar más tiempo la luz natural, lo que reduce la necesidad de encender luces en casas, oficinas y comercios al caer la tarde.
Este ajuste puede, en teoría, disminuir la demanda eléctrica entre las 18:00 y 22:00 horas, cuando ocurre el mayor consumo, señala el analista.
De acuerdo con datos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) presentados en julio de 2025, el pico de demanda ocurre alrededor de las 17:00 horas, y el repunte más fuerte se da entre las 19:00 y las 22:00. En esas horas, la red requiere un equilibrio delicado, ya que operan plantas termoeléctricas de ciclo combinado, hidroeléctricas, e incluso plantas de respaldo costosas y contaminantes, para evitar caídas de tensión o apagones.