La certificación Living Community Challenge evalúa siete capítulos (llamados pétalos), que a su vez tienen 20 imperativos, estos van relacionados con el uso de agua, energía, salud y felicidad de los habitantes, materiales, belleza, etc.
“Esto garantiza que tu edificio o comunidad tenga un impacto cero sobre el medio ambiente y ahí es donde empieza la arquitectura regenerativa, es decir, crear una estructura ecológicamente sostenible que aporte algo más a la naturaleza”, dijo Armando Turrent, CEO de Reserva Santa Fe.
El sector inmobiliario y de la construcción están contribuyendo de una manera muy importante al cambio climático, lo cual representa una oportunidad para empresas responsables con el medio ambiente.
Para Armando Turrent gran parte de los desarrollos en México cuentan con una estructura metódica muy tradicional y poco innovadora, por lo que se deben aplicar “un cambio de 180 grados en la dinámica de su negocio”.
En entrevista para Inmobiliare, el experto señaló la importancia de las certificaciones, remarcando el valor de marcos de referencia como el Living Community Challenge, el cual busca ir más allá de una simple calificación.
Dicha herramienta, propuesta por el International Living Future Institute (ILFI) para la planificación, el diseño y la construcción, busca crear una relación de simbiosis entre las personas y todos los aspectos del entorno construido.
El principal reto para obtenerla es el cumplimiento al 100% de diferentes categorías de desempeño sobre el uso de materiales y su desempeño futuro.
“No es una certificación como LEED que dependiendo de cuántas palomitas obtengas, te califica como Plata, Oro o Platino, aunque sigas contaminando en determinada medida. El Living Community Challenge busca reducir toda la contaminación y lograr la huella cero durante toda la vida útil del edificio”, agregó Turrent.