Las ballenas grises que pasan sus veranos alimentándose en las aguas poco profundas de la costa noroeste del Pacífico en EEUU han sufrido una disminución del 13 por ciento en su longitud este siglo.
Según un nuevo estudio de la Universidad de Oregon State (OSU), el tamaño más pequeño podría tener consecuencias importantes para la salud y el éxito reproductivo de las ballenas afectadas, y también hace sonar las alarmas sobre el estado de la red alimentaria en la que coexisten, dicen los investigadores.
“Esto podría ser una señal de advertencia temprana de que la abundancia de esta población está comenzando a disminuir, o no es saludable”, dijo en un comunicado K.C. Bierlich, coautor del estudio y profesor adjunto en el Instituto de Mamíferos Marinos de la OSU.
Centinelas del ecosistema
“Y las ballenas son consideradas centinelas del ecosistema, por lo que si la población de ballenas no está bien, eso podría decir mucho sobre el medio ambiente en sí”.
El estudio, publicado en Global Change Biology, analizó el Grupo de Alimentación de la Costa del Pacífico (PCFG), un pequeño subconjunto de unas 200 ballenas grises dentro de la población más grande del Pacífico Norte Oriental (ENP) de alrededor de 14.500.
Este subgrupo se mantiene más cerca de la costa de Oregón y se alimenta en aguas más cálidas y menos profundas que los mares del Ártico, donde la mayor parte de la población de ballenas grises pasa la mayor parte del año.
Estudios recientes de la OSU han demostrado que las ballenas de este subgrupo son más pequeñas y tienen una condición corporal en general peor que sus contrapartes ENP. El estudio actual revela que han ido achicándose en las últimas décadas.
Fuente: europapress.es