Integrantes de la Unión de Corrientes de Ejidatarios de Nayarit denunciaron el ecocidio cometido con la tala ilegal de 30 hectáreas de mangle blanco, considerada como una especie amenazada en la Norma Oficial Mexicana.
Sin embargo, la Profepa informó que después de realizar una visita de inspección en materia de impacto ambiental, sólo encontró afectación en vegetación forestal secundaria.
Los humedales son una zona de tierra que constantemente se cubre de manera total o parcial de agua, lo que los convierte en ecosistemas híbridos donde pueden convivir especies acuáticas y terrestres, además de que regulan el clima y absorben el doble de carbono que los bosques.
En México, los manglares están catalogados como especie amenazada en la Norma Oficial Mexicana 059.
Los ejidatarios advirtieron a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente de las afectaciones al manglar el 15 de enero.
Los activistas refirieron que el ecocidio sucede en un predio ubicado en el municipio de Tuxpan, Nayarit, donde es refugio de aves migratorias, jaguares y venados, por lo que denunciaron esa situación ante las autoridades federales sin recibir alguna respuesta.
Desde el pasado 15 de enero los inconformes alertaron a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) sobre los problemas ambientales que se han presentado en el entorno natural en Nayarit, pero al no recibir respuesta acudieron ante la Fiscalía General de la República (FGR) el 18 de enero pasado.
Sin embargo, los denunciantes señalaron que han sido amenazados de muerte por los talamontes, pero continúan afectando al entorno natural con maquinaria pesada arrasando el mangle blanco y posteriormente incendian los sitios afectando a las especies de flora y fauna de la región.
En respuesta, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) acudió el pasado 29 de diciembre a la zona conocida como «Ticha», en el Ejido Unión de Corrientes, municipio de Tuxpan, donde se intenta construir una granja acuícola, sin la autorización correspondiente para el cambio de uso de suelo por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Durante la inspección se verificó que el terreno corresponde a un área de agostadero ya perturbada, el cual tiene una superficie total de 18.5 hectáreas, de las cuales, en dos hectáreas se observaron huellas de maquinaria pesada (oruga), con la cual se realizó remoción de suelo que afectó vegetación forestal secundaria tipo espinosa, conocida como vidrillo, guamaras, guamuchilillo y frutillo, sin localizar afectaciones en bosque de manglar», aseguró.
 
				
 
 
