La cuenta regresiva ya comenzó para la COP30: del 10 al 21 de noviembre de 2025, la ciudad de Belém, en plena Amazonia brasileña, se convertirá en el epicentro del debate global sobre el cambio climático.
La COP30 es la 30ª Conferencia de las Partes de la ONU, donde representantes de 198 países negociarán acuerdos para reducir emisiones, acelerar la transición energética y dar vida a un futuro más sostenible.
Brasil, anfitrión del evento, decidió adelantar la reunión de jefes de Estado a los días 6 y 7 de noviembre.
La medida busca garantizar un arranque ordenado y con un marco político sólido.
No es común que un país tome este tipo de decisiones, pero el gesto envía un mensaje claro: liderazgo y compromiso en un momento crucial de la diplomacia climática.
El escenario no pudo ser más simbólico: la Amazonia, pulmón del planeta y región bajo fuerte presión por la deforestación y los impactos ambientales.
Los temas que marcarán la COP30
Los debates girarán en torno a tres grandes ejes:
Reducir emisiones de gases de efecto invernadero.
Adaptarse a los impactos ya inevitables del calentamiento global.
Avanzar en una transición justa de los combustibles fósiles hacia energías renovables.
Además, se revisará el progreso desde la COP29 y se buscará dar un nuevo impulso al Acuerdo de París, exigiendo que cada país actualice sus compromisos climáticos (NDC) y cumpla con la financiación prometida para apoyar a las naciones más vulnerables.
El propio Secretario General de la ONU, António Guterres, advirtió: “la transición es inevitable”.
Su mensaje de urgencia resonará en Belém, donde gobiernos, científicos, ONG y movimientos sociales presionarán por compromisos más ambiciosos y concretos.
La COP30 también será una oportunidad para que Brasil muestre sus avances en energías renovables, biocombustibles y agricultura de bajo carbono.
Además, el país busca posicionar a la Amazonia como solución climática y símbolo de cooperación internacional.
Más allá de los discursos, lo que se decida en Belém tendrá un impacto directo en las próximas décadas.
La COP30 no es una conferencia más: es el momento de demostrar que la diplomacia climática puede transformarse en acciones reales para frenar la crisis ambiental y construir sociedades más justas y resilientes.
Con información de Infobae.