La explosión volcánica de Tonga en 2022 cambió la química y la dinámica de la estratosfera en el año siguiente, con pérdidas en la capa de ozono de hasta el 7% en grandes áreas del hemisferio sur.
Es la conclusión de un estudio reciente publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS) John A. Paulson de Harvard y la Universidad de Maryland.
Según la investigación, lo que impulsa esos cambios atmosféricos fue la gran cantidad de vapor de agua inyectada en la estratosfera por el volcán submarino.
La ubicación de la estratosfera es aproximadamente de 13 a 48 kilómetros sobre la superficie de la Tierra y es donde reside la capa protectora de ozono.
La erupción de Hunga Tonga-Hunga Ha’apai fue la mayor explosión jamás registrada en la atmósfera. La erupción arrojó aerosoles y gases a las profundidades de la estratosfera.
Parte del material alcanzó la mesosfera inferior, a más de 48 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, altitudes nunca registradas en una erupción volcánica.
Estudios anteriores encontraron que la erupción aumentó el vapor de agua en la estratosfera en un 10% en todo el mundo, con concentraciones aún mayores en algunas áreas del hemisferio sur.