México 28 septiembre.- La erupción del volcán Tonga ocurrida hace ocho meses arrojó 50 millones de toneladas de vapor de agua a la atmósfera. Además de grandes cantidades de cenizas y gases volcánicos.
La inyección masiva de vapor aumentó la cantidad de humedad en la estratosfera global en aproximadamente un 5%. Esto podría desencadenar un ciclo de enfriamiento estratosférico y calentamiento de la superficie. Los efectos se mantendrían durante los próximos meses.
La erupción del volcán submarino Hunga Tonga–Hunga Haʻapai en el Pacífico Sur a principios de este año fue probablemente la más poderosa que el mundo haya experimentado desde la famosa erupción de 1883 en Krakatoa, Indonesia.
Ahora, un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Science sostiene que el evento inyectó 50 millones de toneladas métricas de vapor de agua directamente en la estratosfera. Eso genera cambios que podrían provocar un mayor calentamiento de la superficie terrestre.
Destrucción del ozono
De acuerdo a una nota de prensa de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS), los hallazgos sugieren que este evento probablemente haya iniciado una respuesta atmosférica diferente a la provocada por otras grandes erupciones volcánicas anteriores.
Se sabe que las grandes erupciones volcánicas pueden expulsar cantidades significativas de gases, cenizas y otras partículas a la atmósfera. Eso influye en la química y la dinámica de la estratosfera durante varios años después de la erupción.
Sin embargo, no se considera que las erupciones volcánicas sean una fuente importante de vapor de agua estratosférico. Incluso, las erupciones más grandes del siglo pasado solo han resultado en inyecciones menores de vapor de agua.
Por el contrario, los gases que contienen azufre son habitualmente los más abundantes que se inyectan en la estratosfera a partir de estos eventos: pueden provocar una disminución de la temperatura del clima global y una destrucción acelerada del ozono.