Al igual que los plásticos tradicionales, los bioplásticos están diseñados para desempeñar aplicaciones en la vida diaria.
Dependiendo de la aplicación, estos plásticos deben cumplir con propiedades específicas, por ejemplo, tenacidad, dureza, resistencia a condiciones ambientales, flexibilidad y transparencia, entre muchas otras.
Para ello, los plásticos tradicionales son manufacturados en condiciones determinadas, incorporando una gran variedad de formulaciones para cumplir su función de la mejor manera posible.
Al respecto, el desarrollo de bioplásticos también busca crear materiales con propiedades óptimas para su aplicación, contemplando en este caso su origen y su capacidad de biodegradación.
Clasificaciones de los bioplásticos
Así, un material plástico puede definirse como bioplástico si cumple alguna de las siguientes o ambas clasificaciones:
Bioplásticos de origen biobasado: Son aquellos fabricados a partir de materias primas renovables, como plantas o residuos orgánicos.
Biodegradables: Son aquellos que pueden descomponerse en el ambiente a partir de procesos biológicos, sin importar si están hechos de recursos renovables o de fuentes fósiles.
Los bioplásticos buscan contribuir a la economía circular a medida que aumenta sus posibilidades de uso y viabilidad.
En México, el interés por los bioplásticos ha crecido notablemente, tanto en el sector empresarial como en el ámbito académico.
Empresas consolidadas y centros de investigación trabajan en una amplia gama de proyectos, que van desde productos comercialmente exitosos hasta pruebas piloto y estudios en fase experimental.
Fuente: oem.com.mx