México 19 abril.- Implementar acciones a corto plazo, sumadas a las de larga duración, es la mejor estrategia para frenar el calentamiento global, disminuir sus efectos y mejorar la vida de la población en general, consideró la investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, Amparo Martínez Arroyo.
Si no tenemos claro que hay que reducirlo al mismo tiempo en que cambiamos nuestras prácticas de emisiones, si no lo sabemos, la adaptación y la reducción de la vulnerabilidad serán más complicados. Para esto necesitamos más que nunca informar a la gente, el desarrollo de capacidades y una gran participación, comentó la doctora en Ecología por la Universidad de Barcelona.
Explicó: diversos estudios han mostrado que la inacción para ciudades como México o en terrenos como la agricultura, el control del agua puede tener graves consecuencias sociales y económicas.
Dejar el carbón
Cabe recordar que de acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), entre las acciones a corto plazo destacan mejoras en el suministro y distribución de combustibles.
Hay que dejar de emplear el carbón (de preferencia energías renovables). Usar vehículos híbridos, de sistemas de iluminación más eficiente, así como mejorar la gestión de tierras de cultivo y pastoreo,. Reducir los fertilizantes químicos, reforestación y gestión de bosques, además de la recuperación de metano de vertederos y mejor planificación del uso de suelo.
Alerta
Martínez Arroyo recordó que vivimos en un mundo con 1.1 grados más que en la era preindustrial. Y se prevé que los efectos desastrosos se incrementarán si continúa el aumento de la temperatura. Por lo que ahora se habla de los daños biológicos y de las consecuencias socioeconómicas.
“No se puede reducir este cambio si no hacemos modificaciones sustanciales a nuestro sistema socioeconómico. Afecta a todas las regiones de forma diferenciada en los territorios, dependiendo de la geografía, pero también de las condiciones en que se encuentre su población e instalaciones. Daña de manera desproporcionada a países y sectores que no necesariamente contribuyeron a las emisiones de gases de efecto invernadero”, estimó.