México 9 febrero._ En la UNAM cada año un grupo de aproximadamente 250 jardineros recoge de 17 mil a 21 mil metros cúbicos de materia vegetal, con la cual se producen aproximadamente dos mil 700 metros cúbicos de composta, que se distribuyen en el campi universitario, explicó el responsable de la Planta de Composta de la Universidad Nacional, Javier Flavio Montoya Gómez.
A partir de 1994 esta instancia trabaja en el procesamiento del residuo orgánico que se genera en las cerca de 200 hectáreas de áreas verdes de Ciudad Universitaria, agregó el biólogo.
Montoya Gómez señaló que se emplea este producto en los campos deportivos al igual que en las llamadas Islas, para regenerar los suelos. Además, se apoya con este recurso a la Universidad Autónoma Metropolitana, campi Iztapalapa y Azcapotzalco; y al Instituto Politécnico Nacional.
“Recordemos que Ciudad Universitaria no es plana; es un pedregal. Estos suelos se caracterizan porque son muestras de todo: tepetate, arcillas, grava, fragmentos de cemento, etcétera, lo que los convierte en suelos muy pobres a los que se adicionan capas de composta. Revolviéndolos con la pala, cuando es factible, se hacen alfombras de composta”, comentó.
Plantas verdes
El universitario precisó que aunque parezca, este material no es suelo, sino un mejorador que permite reactivar las cadenas tróficas en éste y que las plantas vuelvan a ser verdes. Tampoco es fertilizante, porque carece de las cantidades de nitrógeno, fósforo y potasio que contienen los de tipo comercial. Además, porque no tiene la fase mineral y de silicatos. “En cambio, tiene millones de bichos”.
Para obtener una pulgada de suelo capaz de sustentar vida vegetal, son necesarios de 500 a dos mil años, por lo que el compostaje ofrece un gran aporte al ambiente al lograr un material con características similares en aproximadamente cinco meses.
El biólogo universitario detalló: cuando la composta está terminada, contiene aproximadamente cien millones de unidades formadoras de colonias de bacterias por gramo de suelo seco.