Investigadores de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, de la UNAM, desarrollaron un biofungicida para combatir la enfermedad conocida como damping off o secadera de plántulas, que ataca a las plantas de jitomate.
Se trata de un producto ecológico compuesto por microorganismos benéficos (hongos o bacterias). Es amigable con el medio ambiente e inofensivo para polinizadores y la fauna. Además de erradicar el padecimiento, estimula la defensa de los cultivos.
Fue elaborado por el biólogo Marcos Espadas Reséndiz, responsable del Laboratorio de Fitopatología, y Jonathan Alfredo Fernández Mendiola, jefe de la Sección de Agroecosistemas y Sanidad Vegetal de esa entidad académica.
El jitomate es una de las hortalizas que más se cultivan en México y en el mundo. Lo es por su importancia económica y su calidad nutricional. Es fuente abundante de antioxidantes, vitaminas A, B1, B2 y C. Además de minerales como calcio, fósforo, potasio y sodio.
Uno de los principales riesgos durante su producción es la marchitez provocada por el hongo fitopatógeno Fusarium, que es difícil de manejar porque habita en el suelo.
De acuerdo con los investigadores, los hongos son la principal causa de pérdida de cultivos en el mundo. Se trata de agentes causales de las enfermedades de las plantas.
Sin embargo, existen grupos antagonistas que sirven para controlarlos, entre los cuales destaca Trichoderma spp.
Este género fúngico, explicaron los científicos, posee propiedades micoparasitarias y antibióticas, por lo que algunas especies son catalogadas como excelentes agentes de control biológico de hongos.