China planta tantos árboles que ya cambió su ciclo del agua: el gran experimento ambiental del siglo
China planta tantos árboles que ya cambió su ciclo del agua: el gran experimento ambiental del siglo

China planta tantos árboles que ya cambió su ciclo del agua: el gran experimento ambiental del siglo

China es hoy el escenario de uno de los proyectos ambientales más ambiciosos del planeta: una reforestación tan masiva que ya está modificando su ciclo del agua.

Tras medio siglo de plantar barreras verdes, recuperar pastizales y proteger bosques, el país ha logrado un verdor sin precedentes… pero también ha provocado cambios inesperados en la distribución del agua.

La famosa Gran Muralla Verde, iniciada en 1978, ha sido clave para detener la desertificación y aumentar la cobertura forestal a más del 25% del territorio, un salto impresionante si se compara con el 10% registrado en 1949.

A esto se suman programas como Grain for Green, que paga a agricultores por convertir cultivos en bosques, y la Natural Forest Protection Program, que limita la tala.

Resultados: suelos más sanos, ecosistemas recuperados… y un ciclo hídrico completamente reconfigurado.

Cuando más árboles no siempre significan más agua

Un estudio publicado en Earth’s Future analizó cómo los cambios en la cobertura vegetal entre 2001 y 2020 han redistribuido el agua en el país.

La clave está en un proceso conocido como evapotranspiración: la humedad que las plantas liberan al aire y que, eventualmente, vuelve como lluvia… aunque no siempre en el mismo lugar.

Los investigadores descubrieron que, a nivel nacional, la evapotranspiración aumentó más rápido que las precipitaciones.

Esto implica que ciertas zonas pierden agua localmente, mientras que otras reciben más.

“Los cambios de cobertura terrestre redistribuyen el agua”, explicó Arie Staal, coautor del estudio y profesor en la Universidad de Utrecht. Según su análisis:

  • En la región monzónica oriental y en el noroeste árido —que juntos representan el 74% del país— la disponibilidad de agua disminuyó.

  • En la meseta tibetana, en cambio, hubo aumentos de humedad gracias a ese agua reciclada desde otras zonas.

El viento, señalan los expertos, puede llevar el vapor liberado por los árboles a miles de kilómetros, dejando a algunas regiones más secas de lo esperado.

El ciclo del agua en el norte de China es el más afectado

La situación preocupa especialmente en el norte del país, una zona que ya sufre un marcado estrés hídrico: allí vive el 46% de la población, se cultiva el 60% de los alimentos, pero solo cuentan con el 20% del agua.

Si los planes de gestión hídrica no consideran este nuevo panorama, advierten los investigadores, proyectos como los trasvases norte-sur podrían no cumplir los objetivos planteados.

Reforestar sí… pero con calculadora en mano

El estudio subraya que reverdecer es crucial para frenar el cambio climático, proteger los suelos y recuperar ecosistemas.

Sin embargo, también deja claro que no basta con plantar árboles indiscriminadamente.

Cada proyecto debe analizar:

  • cuánta agua evapora la vegetación,

  • dónde caerá esa humedad después,

  • y quién se beneficia o se perjudica con esos cambios.

La gran lección de China es que la restauración ecológica funciona, pero tiene efectos complejos: el éxito ambiental también depende de entender el ciclo del agua y diseñar estrategias acordes a la hidrología real de cada territorio.

En pocas palabras: plantar árboles transforma el paisaje… y también el clima.

Con información de Quo.

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