imagen tomada de canva
La carrera contra el cambio climático enfrenta una nueva y preocupante limitación: la Tierra se está quedando sin espacio para almacenar CO₂ de forma segura.
Un estudio publicado en la revista Nature advierte que la capacidad real del planeta para retener dióxido de carbono en el subsuelo es de apenas 1.460 gigatoneladas, una cifra muy por debajo de las 10.000 a 40.000 gigatoneladas que se creía posible.
Si se mantiene el ritmo actual, este límite podría alcanzarse hacia el año 2200.
Para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5-2 °C, como lo establece el Acuerdo de París, es necesario retirar enormes cantidades de CO₂ de la atmósfera.
La estrategia más usada consiste en capturar las emisiones industriales y bombearlas a las profundidades de las rocas.
El problema es que la tecnología actual apenas logra capturar 49 millones de toneladas al año, con planes para aumentar la capacidad a 416 millones de toneladas.
Pero lo que realmente se necesita son 8,7 gigatoneladas anuales a mediados de siglo, es decir, multiplicar la capacidad actual por 175 veces.
Aunque en teoría la Tierra podría almacenar hasta 11.800 gigatoneladas de CO₂, los científicos advierten que muchas zonas no son seguras debido a riesgos de fuga por terremotos, limitaciones técnicas y factores políticos. Por eso, la cifra “segura” se reduce drásticamente a 1.460.
Incluso si se llegara a utilizar todo ese espacio, la reducción de temperatura global sería de apenas 0,7 °C, insuficiente para revertir la tendencia hacia los 3 °C de calentamiento en este siglo.
El almacenamiento de CO₂ no está libre de peligros: si se produjera una fuga, el gas podría convertirse en ácido carbónico al mezclarse con aguas subterráneas, disolver minerales tóxicos y afectar tanto a las personas como a los ecosistemas.
Los países con mayor capacidad de almacenamiento, como Indonesia, Brasil o algunas regiones de África, podrían convertirse en los principales receptores del carbono que generan las naciones más contaminantes.
“Habrá ganadores y perdedores entre quienes causan el cambio climático y quienes realmente tienen que lidiar con ese carbono”, advirtió Mathew Gidden, del IIASA.
Algunos expertos consideran que la cifra de 1.460 gigatoneladas es demasiado conservadora, ya que con la tecnología adecuada se podría inyectar CO₂ incluso en zonas sísmicas.
Aun así, los científicos coinciden en algo: el almacenamiento de CO₂ es limitado y no puede ser la única solución al cambio climático.
Con información de Vietnam.
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