México 3 mayo._ Del 31 de octubre al 4 de noviembre, México será sede del 43º Congreso Mundial de la Viña y del Vino. Ahí, expertos de 48 países dialogarán para generar propuestas que buscan impulsar el desarrollo de la industria mundial. Son tres líneas de acción: cambio climático, sostenibilidad y mercado post COVID-19.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Gobierno de Baja California y el Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) presentaron el programa de actividades. Se busca incentivar el intercambio de ideas técnicas y científicas, la generación de negocios y visitas a las regiones vitivinícolas, para que líderes de todo el mundo conozcan de primera mano, las prácticas que realizan las bodegas en materia de microclimas, buenas prácticas agrícolas, enológicas y enoturismo.
Se estima la participación de 800 científicos, académicos, agrónomos, ampeólogos, enólogos, viticultores, laboratoristas, sommeliers y expertos de todos los países productores de vino. Destaca la presencia de los investigadores en Ciencias Ambientales de la Universidad de Oregon, Estados Unidos, Gregory V. Jones; de la Agencia Europea de Medio Ambiente de España, Ana Luisa Iglesias, y del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, María Teresa Cavazos.
Mejor momento
De acuerdo con el Consejo Mexicano Vitivinícola, la industria vive su mejor momento. En el sector agrícola representa la segunda fuente de empleos, con 500 mil puestos de trabajo. Cada año, se destinan 35 mil 822 hectáreas a la cosecha de uva bajo cinco vocaciones: mesa, vino, jugo, brandy y uva pasa. De éstas se producen 64 millones de litros de vino en 14 estados productores, a través del trabajo de 400 bodegas.
Estos logros, aunados a la calidad del vino mexicano que en los últimos años ha recibido alrededor de mil 500 medallas en concursos internacionales, muestran la relevancia de la industria. Y, gracias a ello, la Organización Internacional de la Viña y del Vino (OIV), con base en Francia, otorgó a México la sede.