México 16 julio._ Los frijoles negros, el nopal, el maíz o el huauzontle —solo por mencionar algunos— son superalimentos mexicanos: sus compuestos activos nos ayudan a prevenir enfermedades como el cáncer, obesidad, diabetes o hipertensión.
¿Cuánto sabemos de ellos? De unos mucho y de otros poco o nada, dice Janet Alejandra Gutiérrez Uribe, líder de la Unidad de Alimentos Saludables en The Institute for Obesity Research del Tec de Monterrey, quien participa en la creación de una base de datos internacional que reúne sus características.
La idea es que con algoritmos de Inteligencia Artificial (IA) se diseñen hyper-foods que contribuyan a mejorar la alimentación y la salud de la población.
En breve seremos testigos de una revolución que apunta hacia una alimentación personalizada, basada en ingredientes locales y monitoreada con tecnología.
“En menos de 20 años vamos a tener métodos de análisis caseros que nos dirán si nuestra microbiota está sana o qué tenemos qué hacer para mejorarla”, dice la ingeniera alimentaria, Janet Alejandra Gutiérrez Uribe.
Por ejemplo, con solo apretar un botón sabremos qué nutrientes nos hace falta añadir a nuestra dieta.
Base de datos
A la par, en los laboratorios de biotecnología del mundo se cocinan suplementos y aditivos a base de superalimentos, con propiedades benéficas probadas como antioxidantes, antiinflamatorios o inmunoestimulantes.
En el caso de México, el Tec de Monterrey, a través del Data Science Hub y The Institute for Obesity Research de la Escuela de Ingeniería y Ciencias, se está creando una base de datos con superalimentos nacionales, su composición nutrimental, su contenido en fitoquímicos y posibles formas de procesamiento.
Participan, además de Gutiérrez Uribe, los investigadores Juan Arturo Nolazco-Flores y José Antonio Cantoral Ceballos.
La idea es que, en algún momento, estos avances se transfieran a la industria y a los consumidores para mejorar la alimentación de la población.
Fuente: tecreview.tec.mx