Aunque hay avances en las predicciones meteorológicas se requiere mayor ciencia para estudiar a los huracanes más a fondo -incluso los que no salen de la norma- y entender las desviaciones que se dan como el caso de “Otis”, destacó el coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, William Lee Alardín.
Lo anterior solo es posible si tenemos suficiente monitoreo, constante durante el año y todos los años, con equipos y personal adecuados para tener las referencias correctas, poder interpretar cuando algo se está desviando de lo esperable y tomar las medidas adecuadas, señaló en la conferencia de prensa a distancia ¿Continúa la temporada de huracanes?
“Las necesidades son enormes y las consecuencias de no tener este conocimiento, tanto en lo material como en lo humano y lo social, son gigantescas; en la medida que estemos mejor preparados para enfrentar estos fenómenos, los efectos van a ser menores”, sostuvo.
Prevenir
Lee Alardín destacó que México es un país siempre expuesto a estos eventos, los cuales son una manifestación atmosférica fundamental del intercambio de calor y de movimiento de fenómenos atmosféricos para redistribuir energía en el planeta. “Están ligados a la temperatura que hay en el océano e impactan predominantemente zonas a la latitud de nuestro país”.
En los últimos años se han presentado fenómenos de tipo huracán en los mares que rodean a México y a otros en el mundo, que también indican cambios en los patrones atmosféricos con mayor intensidad, agregó.
Recordó que en el caso de “Otis” los análisis se centran en lo súbito de la formación de la tormenta y lo rápido de su aumento en intensidad, así como en los efectos ocurridos en la costa de Guerrero y en la población.