México 26 diciembre.- Los anillos de crecimiento de los árboles proporcionan información valiosa sobre estas especies fundamentales, pues ofrecen datos de decenas y hasta cientos de años atrás, afirmó el investigador del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, Osvaldo Franco Ramos.
“Están controlados por las condiciones climáticas y por factores ecológicos, geomorfológicos, antrópicos y detectan la existencia de un incendio forestal. Son archivos naturales que nos da el bosque para poder interpretar esas condiciones paleoambientales y saber qué sucedió en ese sitio en el pasado”, explicó.
La información queda como un registro en la madera, como una huella que se queda en los anillos de crecimiento.
“Se pueden identificar anomalías, caracterizar cada una y fechar con precisión el año en que ocurrió algún evento de tipo ambiental”, añadió.
Para realizar este trabajo, Franco Ramos y su equipo de colaboradores utilizan una técnica llamada dendrocronología. Carbono 14 para fechamiento al tratarse de un recurso biótico, así como análisis químicos donde se analizan isótopos estables, de oxígeno y de hidrógeno, pues también quedan huellas a nivel químico.
Factores climáticos
Los anillos pueden tener un crecimiento normal y estar controlados por factores climáticos, pero cuando hay bastante frío o sequía presentan estrés hídrico y en su crecimiento, por lo cual serán delgados y estrechos. En cambio, cuando las condiciones son favorables y hay abundante agua, luz y suelo, crecerán más anchos, detalló.
Si el árbol está en una barranca donde hubo flujos o escombros, esas rocas que se remueven suelen impactar sus troncos, los puede inclinar, sepultar o dejar una marca de árbol descortezado, porque corroe la cicatriz de corteza, lo que también se analiza.