En Cushman & Wakefield consideran que es necesario diseñar y adaptar los espacios de los clientes y de una empresa para que sea, además de funcional, sustentable. Es decir, respetuosos hacia los recursos naturales y el planeta, para no poner en riesgo los recursos de generaciones futuras.
Esta misma filosofía es la que intentamos transmitir en cada uno de los proyectos en los que nos involucramos, y para cumplirla, el primer paso es ejecutar un adecuado diagnóstico de sustentabilidad.
Un diagnóstico de sustentabilidad es una evaluación específica de las prácticas laborales sustentables actuales.
Diagnóstico para ser sustentable
Al reconocer el impacto ambiental actual, una empresa puede establecer iniciativas para ejecutar y promover medidas sostenibles mejoradas con impacto directo. Los 5 pasos para realizar un diagnóstico adecuado son:
1. Evaluación de la huella de carbono actual, uso de energía, servicios públicos y la eficiencia energética
2. Analizar los comportamientos de los empleados
3. Identificar los cambios de diseño y tecnología
4. Implementar nuevos sistemas y programas para comprometerse con la mejora de la eficiencia y la reducción de la huella de carbono
5. Establecer auditorías periódicas y sistemas de informes para monitorear iniciativas ESG
Existen diferentes estrategias y herramientas para aumentar la eficiencia energética y el desempeño en sustentabilidad en las empresas, pero no tienen la misma eficacia en todos los proyectos, pues cada uno de ellos es diferente y requiere de un enfoque que se ajuste a las metas, recursos y cultura de las compañías.