México 7 abril._ La Cámara de Diputados aprobó el dictamen que reforma la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, a fin de que quienes hagan uso productivo de las tierras deberán seleccionar técnicas preferentemente agroecológicas.
El dictamen que modifica el artículo 164 de dicha ley, se envió al Senado de la República para sus efectos constitucionales.
Señala que la agroecología es una solución para preservar nuestros recursos naturales y el medio ambiente, restablecer los ciclos del planeta, de tal forma que se puedan producir alimentos sanos, nutritivos, de calidad, accesibles y suficientes para las y los mexicanos.
Menciona que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define a la agroecología como una disciplina científica: ciencia que estudia cómo interactúan los diferentes componentes del agroecosistema. Como un conjunto de prácticas, busca sistemas agrícolas sostenibles que optimizan y estabilizan la producción.
Soberanía alimentaria
Indica que se considera que México debe adoptar medidas y herramientas agroecológicas en sus sistemas de producción primario, que le permitan alcanzar seguridad y soberanía alimentaria sin desproteger el medio ambiente.
Al fundamentar el dictamen, la diputada Nelida Ivonne Sabrina Díaz Tejeda (PRI), integrante de la Comisión de Desarrollo y Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia Alimentaria, afirmó que esta reforma beneficiará a la agricultura mexicana.
Subrayó que la tendencia mundial de los sistemas alimentarios es hacia una agricultura, ganadería y acuacultura más ecológicas, donde se reduzcan los agroquímicos y se incrementen las prácticas menos contaminantes; además, ante el incremento del precio de los fertilizantes a nivel internacional, se abre una gran oportunidad para la adopción de abonos orgánicos, abonos biológicos y prácticas agronómicas.
Sostuvo que la agricultura y conservación con menos movimiento de tierras para evitar erosión, la incorporación de residuos de cosecha mecanizada, disminución de la quema de pajas, y la adopción de mejores semillas, con siembra de precisión y cosecha, tienen un gran potencial para elevar la productividad sustentable en las zonas de temporal que ascienden a 1.6 millones de hectáreas de los 22 millones que hoy se cultivan en México.