México 4 octubre._ La planificación territorial es un instrumento necesario para comprender la organización de la circunscripción, pero se requiere considerarlo como el “sujeto” del desarrollo.
Es decir, lo que importa son las personas, y lo que proponemos es llevarlas a mejores condiciones a partir del suelo y de la implementación de políticas públicas, indicó el experto del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, Javier Delgadillo Macías.
Al participar en el coloquio Ordenamiento territorial como instrumento de gestión integral de riesgos socioambientales, comentó que son múltiples los enfoques relacionados con la forma de percibir y atender el problema de los riesgos y vulnerabilidad.
Durante esta actividad académica organizada por el Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales y el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional, dijo que para hacer frente a los riesgos y siniestros que ocurren a diario las crisis ambientales y sociales no deben considerarse por separado, sino a partir de la perspectiva socioambiental. Es decir, desde la gestión integral del riesgo de desastres.
Debería impulsarse una estrategia nacional, regional y local de ordenamiento territorial que considere lo ambiental como elemento transversal básico y no seguir en el discurso y, en ocasiones, en la pelea entre ordenamientos y las leyes en la materia, más ligadas al aspecto técnico de poner las cosas en su lugar en el espacio, acotó.
Políticas públicas
Alejandra López García, integrante del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, señaló que cuando se hace referencia a la gestión integral del riesgo debe reconocerse que amerita una articulación de disciplinas científicas y técnicas diversas, pero también de políticas públicas.
“Debemos mirar desde los distintos lentes de la ciencia y de las formas de concebir el riesgo (desde la percepción cotidiana de las personas) que experimentamos, la incertidumbre del riesgo y que desconocemos cómo gestionar”.
De acuerdo con la experta, es necesario reconocer que la incidencia de los riesgos es desigual, o sea que en numerosas ocasiones los fenómenos naturales afectan demasiado a los más vulnerables.