México 21 mayo._ Investigadores del Cinvestav Unidad Mérida analizan la capacidad de los pastos marinos para capturar el CO2 y almacenarlo como carbono azul. Con ello se buscan estrategias para mitigar la contaminación generada por esos gases.
“Si bien se tienen estimaciones globales de cuánto CO2 se captura por estos hábitats, hace falta generar información sobre el papel de los pastos marinos ante el fenómeno del cambio climático localmente. La meta es contar con mapas precisos de su extensión a escala nacional, regional y sobre todo local, por ello estamos recogiendo, sistematizando y organizando información de diversas fuentes, con el objetivo de crear una base de datos robusta que ayude a identificar su estado de conservación”, explicó Cota Lucero.
Además, se diseña una novedosa línea de investigación que busca proponer acciones para proteger esos ecosistemas (porque se enlistan como especies en riesgo en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-Semarnat-2010); que se realice su monitoreo, como se hace con manglares o arrecifes de coral. Y sirva de llamada de atención a la comunidad científica, así como a la sociedad, en busca de darles mayor visibilidad, conservarlos y restaurar los que presentan daño.
Carbono
Los pastos marinos son especies del grupo de las angiospermas (plantas con flores) que evolucionaron de sus similares terrestres hace 100 millones de años.
Cuentan con un sistema de rizomas (tallos horizontales subterráneos) que se extienden por los sedimentos, sus raíces absorben los nutrientes y presentan la capacidad de expandirse cubriendo grandes extensiones de terreno submarino.
Retienen carbono 35 veces más rápido que los bosques tropicales almacenándolo en forma de materia orgánica, es decir, acumulan carbono en el sedimento, donde permanece por miles de años contribuyendo a la mitigación climática.