Imagen tomada de ambito.com
La sostenibilidad ya no es solo una opción, es una necesidad. Así lo afirmó Elisabeth Möhle, investigadora de la fundación Fundar, durante el cierre de Ámbito Debate sobre Desarrollo Sostenible, donde subrayó que “para resolver los problemas económicos, también tenemos que atender las dimensiones ambientales”.
El panel, moderado por Maricel Spini, editora en jefe de Ámbito, abordó el avance de la transición energética global, la eficiencia de las energías renovables y la innovación como eje de desarrollo económico.
Möhle explicó que la transición hacia energías limpias atraviesa un “impasse” debido a dos factores: el regreso de Donald Trump a la presidencia de EE. UU., quien ha frenado políticas climáticas, y el cambio de enfoque en Europa tras la guerra en Ucrania, donde la prioridad pasó a ser la seguridad energética.
Aun así, destacó que países como China e India mantienen el impulso verde.
“China se ha convertido en el gran proveedor de tecnologías verdes del mundo y lidera en paneles solares, autos eléctricos y energía eólica”, señaló.
La especialista insistió en que, pese a los altibajos políticos, la transición energética sigue avanzando, impulsada por la reducción en los costos de las tecnologías verdes.
“Hoy no es solo una oportunidad ambiental, también lo es para diversificar la matriz energética y reducir costos”, aseguró.
Möhle añadió que, aunque el proceso no es lineal, hay motivos para el optimismo:
“Era esperable que no fuera un camino llano. Hay muchos intereses en juego, pero los avances tecnológicos son reales”.
Sobre las metas climáticas globales, Möhle señaló que son esenciales para mantener un rumbo, aunque advirtió que no deben verse como todo o nada.
“Cualquier grado que logremos evitar de calentamiento global es una victoria”, expresó.
También recordó que los efectos del cambio climático ya impactan en la economía.
“Las sequías prolongadas afectan la producción, el dólar y los ingresos del Estado. No se puede pensar lo económico sin lo ambiental”, afirmó.
La investigadora remarcó la importancia de una política pública activa.
“Todavía hay empresas que no saben que pueden generar su propia energía con paneles solares. El Estado debería orientar y acompañar más”, dijo.
También diferenció entre grandes corporaciones, que ya se adaptan a regulaciones ambientales internacionales, y las pequeñas empresas que aún necesitan apoyo para sumarse a la transición.
Möhle fue clara al responder una de las grandes preguntas del debate: sí, es posible ser rentable y sostenible.
“La sostenibilidad es eficiencia: en el uso del agua, la energía y los materiales. Eso también es productividad”, explicó.
Además, señaló que muchas empresas ya adoptan modelos de negocio basados en la sostenibilidad, lo que les permite mejorar su impacto ambiental y, a la vez, su competitividad.
Para cerrar, la investigadora llamó a superar la mirada cortoplacista: “Necesitamos estabilidad política y consenso entre sectores para avanzar en leyes clave, como las de energías renovables e hidrógeno”.
Recordó que la ley de renovables de 2015 logró aprobarse con apoyo de todos los partidos y permitió que Argentina pasara de generar 1% a casi 17% de energía renovable.
“El desafío ahora es vincular más la economía con la agenda ambiental. Solo así podremos construir un desarrollo sostenible real”, concluyó.
Con información de Ámbito debate.
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