México 1 agosto._ Por la colocación a los pies del Templo Mayor, la ofrenda encontrada en este lugar está asociada a Huitzilopochtli, dios de la guerra. Y pareciera que el contexto en el que está ofrecida es para venerarlo, reveló el experto del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM, Francisco Alonso Solís Marín.
Expertos del ICMyL y antropólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron recientemente 164 estrellas de mar, de tres especies provenientes del océano Pacífico, dedicadas a esa deidad.
Solís Marín detalló que fue localizada a finales de 2019. Pero debido a la pandemia su exploración quedó suspendida. Fue hasta el presente año cuando se abrió y detectaron numerosas frondas de corales y peces globo. Centenares de conchas, decenas de caracoles, un ejemplar de ibis espatulado y el esqueleto de un jaguar adulto ataviado como un guerrero.
Precisó que la población contiene también el esqueleto de una hembra jaguar que está rodeada de numerosos elementos marinos. Destacan las estrellas de mar de las especies Nirodellia armata, Pentaceraster cumingi y Pharia pyramidata. Además de dardos, todos ellos símbolos de un ambiente bélico.
Prácticas ancestrales
Los antiguos mexicas asociaban al felino con el cielo nocturno y la noche. Y las estrellas de mar también estaban relacionadas con las del firmamento.
Los arqueólogo dataron la ofrenda en el año 1500. Esta cápsula del tiempo fue depositada por los antiguos mexicas cuando reinaba el emperador Ahuizotl o Moctezuma.
Solís Marín detalló que se considera que los buzos aztecas, sin ninguna ayuda más allá de sus pulmones, se zambullían a profundidades de seis a nueve metros para recolectar los equinodermos. Luego los metían en una especie de redecilla.
Recordó que las costas se localizan a 245 kilómetros de distancia, en el caso del Golfo de México, y a 290 por lo que respecta al Pacífico, casi en línea recta. Razón por la cual hoy en día, por las características observadas en los ejemplares contenidos en varias ofrendas, él y su equipo creen que los especímenes eran traídos tanto vivos, como muertos.