La ciudad más grande del mundo, Yakarta, podría estar viviendo una cuenta regresiva.
El cambio climático, el avance del mar y el hundimiento del terreno están empujando al Gobierno de Indonesia a considerar una medida extrema: trasladar la capital a otro punto del país.
Hoy, el área metropolitana de Yakarta reúne a casi 42 millones de personas, pero cada año se vuelve un lugar más difícil de habitar.
Las inundaciones, la falta de infraestructura y el deterioro del subsuelo han llevado la situación al límite.
Un hundimiento de Yakarta avanza a pasos alarmantes
De acuerdo con estudios recientes, grandes zonas de la ciudad se hunden entre 20 y 28 centímetros por año, un ritmo que no solo compromete calles y edificios, sino también la seguridad de millones de habitantes.
La extracción de agua subterránea ha provocado que el 40% del territorio urbano quede ya por debajo del nivel del mar.
Y cuando se combina con lluvias intensas, el resultado son inundaciones más frecuentes y severas que obligan a miles de personas a abandonar sus hogares.
La advertencia más dura llega del experto Heri Andreas, del Instituto de Tecnología de Bandung:
“En 2050, aproximadamente el 95% del norte de Yakarta estará sumergido”, afirmó. Un escenario que deja poco margen de espera.
Servicios colapsados y una ciudad cada vez más vulnerable
Más allá del agua que avanza, Yakarta sufre problemas de drenaje, cortes de servicios esenciales y daños estructurales que complican cualquier plan de emergencia.
Los barrios costeros viven con la amenaza constante de perderlo todo.
Para los especialistas, la combinación de tormentas, subsidencia y deficiencias en el sistema urbano expone la fragilidad de una ciudad que ya no puede sostener su propio peso.
La apuesta: construir una nueva capital llamada Nusantara
Ante este panorama, el Gobierno indonesio decidió dar un giro histórico: trasladar la capital a Nusantara, un proyecto en la isla de Borneo, en la región de Kalimantan Oriental.
La iniciativa, impulsada por el presidente Joko Widodo, implica una inversión de 32.000 millones de dólares y busca iniciar el traslado progresivo del Gobierno una vez que las primeras obras estén listas.
Aunque la fecha original era 2024, el proyecto se ha retrasado por problemas logísticos y financieros.
Yakarta no desaparecería del mapa político, pero quedaría como centro económico con un estatus especial.
La transición requiere un decreto presidencial y se presenta como una oportunidad para distribuir el desarrollo entre las diferentes islas del archipiélago.
En medio de esta crisis silenciosa, Yakarta se convierte en uno de los ejemplos más impactantes de cómo el cambio climático y la presión urbana pueden poner en jaque a una de las ciudades más grandes del planeta.