La rabia es una enfermedad viral que afecta el sistema nervioso central de los mamíferos, incluído el ser humano.
El 99% de los casos humanos ocurren por contacto con animales infectados, por lo que se clasifica como una zoonosis (es decir, el patógeno causante se transmite de animales a personas).
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2024 cerca del 69.8% de los hogares mexicanos tienen al menos una mascota, lo que representa alrededor de 80 millones de animales de compañía.
De estos, 43.8 millones son perros, 16.2 millones gatos y el resto otras especies como aves o peces. Por su parte, el Consejo Nacional de Población (CONAPO) estima que la población total del país es de 132.3 millones de personas, de las cuales, 38.9 millones (el 29.4%) son niñas, niños y adolescentes menores de 18 años. Es decir, en México hay más mascotas que menores de edad.
¿Qué es la rabia, cómo se transmite y cuáles son los síntomas?
El virus de la rabia pertenece al género Lyssavirus, familia Rhabdoviridae. Tiene forma de bala, su genoma es de ARN monocatenario, no segmentado de polaridad negativa, y codifica para 5 proteínas virales. Se han descrito 11 variantes antigénicas (V) del virus, asociadas con su animal reservorio u hospedero.
En México se ha descrito la V1 en perros, V3 y V11 en murciélagos vampiros (Desmodus rotundus), V4 y V9 detectadas en murciélagos de cola de ratón (Tadarida brasiliensis), V7 en linces y zorros, y dos tipos antigénicos, V8 y V10 asociados con zorrillos.
Estos virus pueden infectar a todos los mamíferos (animales con pelo), como los perros, los gatos, el ganado y la fauna silvestre. En cambio, las aves y los reptiles no se infectan, ni transmiten el patógeno. La transmisión ocurre principalmente cuando la saliva de un animal infectado entra en contacto con heridas o mucosas (ojos, boca), generalmente por mordeduras, arañazos o lamidos sobre la piel lesionada.
Fuente: acmor.org