México 4 julio._ México participó en la Segunda Conferencia sobre los Océanos de las Naciones Unidas, que se llevó a cabo en Lisboa, Portugal, y que busca iniciar un nuevo capítulo de acción oceánica global.
La Conferencia aprobó por consenso la Declaración Política: “Nuestros océanos, nuestro futuro, nuestra responsabilidad”, con la que México cerró filas y avanzó en su agenda de acción oceánica, encaminada a acelerar el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ODS 14).
La Conferencia tuvo por objetivo principal impulsar soluciones innovadoras basadas en la ciencia, para lograr un océano gestionado de forma sostenible, así como abordar las amenazas a la salud, la ecología, la economía y la gobernanza de los océanos, incluyendo la acidificación, basura marina y contaminación, pesca ilegal, y la pérdida de hábitats y biodiversidad.
“Restaurar la salud de los océanos requiere una acción urgente en todos los niveles, desde todos los sectores, desde el local hasta el global. No nos queda tiempo para cambios incrementales. No cabe duda que, desde la última Conferencia sobre los Océanos en 2017, el océano ha ocupado un lugar más importante en las agendas políticas, corporativas y sociales. Pero los océanos, el clima y las comunidades costeras de todo el mundo necesitan un progreso real, no promesas cuando se trata de la salud de los océanos”, dijo Marco Lambertini, Director General de WWF Internacional.
Por otro lado, México se adhirió a la Declaración de Líderes del Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible, en el que México participa como uno de los 16 países miembros y que busca impulsar el ODS 14.
Océano saludable
Esta Declaración establece el papel central de un océano saludable y una economía oceánica sostenible para contribuir y lograr la agenda más amplia de dichos Objetivos.
Del 27 de junio al 1 de julio se llevó a cabo la segunda Conferencia sobre los Océanos de Naciones Unidas. En el evento, Colombia anunció que ya va a cumplir la meta de conservación de áreas marinas protegidas que se había propuesto para 2030 como parte de varios compromisos asumidos globalmente.