La gran pregunta del siglo: ¿cuándo subirán los océanos? La Antártida tiene la clave
La gran pregunta del siglo: ¿cuándo subirán los océanos? La Antártida tiene la clave

La gran pregunta del siglo: ¿cuándo subirán los océanos? La Antártida tiene la clave

Los océanos están subiendo, sí. Pero la verdadera pregunta que la ciencia intenta responder es cuándo. Y para eso, todas las miradas apuntan a uno de los lugares más fríos (y más frágiles) del planeta: la Antártida Occidental, una enorme capa de hielo con suficiente agua congelada como para elevar el nivel del mar hasta cinco metros.

Cuando la NASA encendió la alarma sobre le nivel del mar

En 2014, la NASA anunció algo inquietante: una parte de esta capa de hielo había llegado a un punto de retroceso irreversible.

Dicho en pocas palabras: los glaciares están perdiendo más hielo del que la nieve puede reponer, y se están retirando tierra adentro.

Si desaparecen los glaciares más vulnerables, el nivel del mar subiría más de un metro, afectando a unos 230 millones de personas que hoy viven en zonas costeras.

Y eso sería solo el primer capítulo de una historia con consecuencias globales.

La ciencia entra en debate

Un estudio de 2016 sacudió a la comunidad científica al proponer que el colapso podría acelerarse súbitamente por la caída de enormes acantilados de hielo.

Tanto así, que el IPCC llegó a plantear un escenario extremo: más de 2 metros de aumento para 2100, y hasta 15 metros para el año 2300 si las emisiones siguen aumentando.

Pero no todos están convencidos. Algunos científicos creen que el retroceso podría extenderse durante siglos, dando tiempo a la humanidad para adaptarse.

Otros temen que la desestabilización ocurra mucho antes, desbordando la capacidad de respuesta de ciudades como Miami, Nueva York o Nueva Orleans.

“Podría pasar pronto… o no. Pero no podemos descartarlo”, advierte la glacióloga Karen Alley.

La vulnerabilidad está en el diseño

La Antártida Occidental está asentada en una especie de cuenco gigantesco debajo del nivel del mar.

Eso significa que el agua cálida del océano puede deslizarse por debajo del hielo, adelgazarlo y empujar hacia atrás la línea que lo sostiene.

Cuando esa barrera se rompe, los glaciares se aceleran y fluyen al mar como si hubieran perdido el freno.

Ya vimos un adelanto en 2002, cuando la plataforma de hielo Larsen B colapsó en un mes.

Los glaciares detrás de ella comenzaron a deslizarse hasta ocho veces más rápido de lo normal.

¿Un colapso inevitable con la subida del nivel del mar?

Modelos recientes han intentado entender si esos acantilados gigantes realmente pueden desmoronarse sin control.

Algunos estudios señalan que existen mecanismos naturales que podrían frenar el proceso:

  • El hielo detrás del acantilado se adelgaza y se vuelve más estable.

  • Se forma una mezcla densa de icebergs que actúa como muro temporal.

  • El lecho rocoso puede elevarse, levantando parte del hielo.

Pero otros expertos advierten que estos frenos quizá no sean suficientes ante un calentamiento acelerado.

¿Qué dicen las proyecciones? El papel del derretimiento superficial

Aunque mucha atención está puesta en el océano, algunos científicos creen que hay otro peligro creciendo en silencio: el derretimiento desde arriba. El agua que se acumula en la superficie puede filtrarse por las grietas y romper el hielo desde dentro, acelerando aún más el proceso. Así empezó el colapso de Larsen B.

El IPCC estima que el nivel del mar podría aumentar entre medio metro y un metro para 2100.

Pero si la teoría del colapso de acantilados (MICI) es correcta, la Antártida podría duplicar ese incremento.

“Lo único seguro es que cuanto más CO₂ emitamos, mayor será el riesgo”, señala el climatólogo Robert Kopp.

Independientemente del modelo, el panorama es claro: las costas que conocemos hoy no serán las mismas en el próximo siglo.

O como dijo un experto:
“Para 2100 estaremos mirando un mapa completamente distinto”.

El mar inevitablemente volverá… lo que aún tratamos de averiguar es cuándo.

Con información de Wired.

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