México 17 abril._ En México entre 12.5 y 15 millones de habitantes no cuentan con agua. De esa cifra, 9.3 millones carecen del servicio mediante una toma en sus viviendas, de acuerdo a cifras de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) y el Consejo Nacional de Evaluacion de la Politica de Desarrollo Social (CONEVAL).
En ese contexto, el acceso al agua es inequitativo, “algunos la acaparan, otros no la tienen, tendríamos que empezar a pensar en una especie de justicia hídrica, de cuánta necesitamos realmente, cómo garantizamos que la tengan y cómo reflejamos eso en las politicas publicas”, afirmó Victor Magaña Rueda, doctor en ciencias atmosféricas del Instituto de Geografía de la UNAM.
El investigador señaló que es un error culpar a la naturaleza de la escasez de agua, sin reconocer los errores en la forma de manejar el recurso hídrico.
“Hace 20 o 50 años éramos la mitad de los que somos, es decir, el mismo litro lo tenemos que repartir entre el doble, entonces cada vez va a haber menos agua por repartir si no hacemos nada para que compesemos la demanda de agua”.
Asimismo, reconoció que la salud de las personas depende enormemente de tener o no tener acceso al agua: para lavarse las manos, para lavar alimentos, para tener higiene.
“Con la pandemia nos dicen lávense más frecuentemente las manos, pero con qué agua. Por ello, si dejamos que todo dependa de cuánto llueva o deje de llover nos ponemos una situación de alta vulnerabilidad”.
Agua para todos
Ante eso, sugirió que debe depender de qué se haga o cómo se gestione o maneje el agua con la que se cuenta. En primer lugar, advirtió que se debe de invertir en obras para llevar agua a todos los que no la tienen, hacer más eficiente el manejo para que con la mitad del agua se haga lo mismo.
Todo ha evolucionado, pero lo que no, es la implementación de todas estas medidas. Otra forma de la distribución inequitativa del agua son las tarifas desiguales, ya que en la capital del país, la población más pobre paga entre 5 y 10 veces más que las personas de mayor ingreso, ya que destinan hasta mil 200 pesos para comprar pipas y garrafones.