Como usuario de una impresora 3D, puedo decirte abiertamente que es uno de los productos tecnológicos que más posibilidades ofrecen a los usuarios que saben exprimir su potencial.
No solo hablamos de crear objetos cotidianos para decorar o cumplir una función sencilla, sino que estamos ante dispositivos capaces de cambiar el curso de la historia para algunos desafortunados animales, como es el caso de la tortuga Charlotte, protagonista de esta entrañable noticia.
La impresión 3D al rescate de las tortugas marinas
Los problemas de Charlotte comenzaron en el año 2008, cuando fue golpeada por un barco. Por suerte, ese mismo año también comenzó un proceso de recuperación de la mano de los cuidadores del Mystic Aquarium, que han conseguido ofrecerle una segunda oportunidad a la afortunada reptil con caparazón.
Pero, comencemos explicando el problema que padecía Charlotte tras el golpe con la embarcación. El pobre animal tuvo sus aletas posteriores paralizadas a raíz del incidente, además de que en la parte posterior de su cuerpo se le quedó atascada una bolsa de aire. En este punto es importante conocer cómo flotan y se sumergen las tortugas.
Las tortugas, como te hemos contado, son reptiles. Reptiles marinos, pero reptiles al fin y al cabo. Esto significa que no tienen agallas, con lo que necesitan aire para poder respirar. Estos animales cuentan con un sistema de flotación, que les permite regular la profundidad a la que nadan o descansan. Aquí es donde entra el problema de Charlotte, denominado en el argot científico como Síndrome de Burbuja.
Impresión 3D
Lo que le sucede es que dentro de sus tractos gastrointestinales se crean bolsas de aire, lo que les añade un empuje mayor a la hora de flotar y les impide realizar sus movimientos de la manera habitual.
Esta condición es algo habitual en muchas tortugas, aunque en el caso de Charlotte una operación es inviable. Por ello, los expertos del Mystic Aquarium han tenido que recurrir a una solución alternativa: la impresión 3D.
Fuente: mundodeportivo.com