Tulum, uno de los principales destinos turísticos del Caribe mexicano, atraviesa una crisis ambiental y social que pone en riesgo su desarrollo sostenible. Usuarios han criticado fuertemente a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), dirigida por Hugo Garza Sáenz, por su ineficiencia en la gestión del agua, cobros excesivos, contaminación de fuentes hídricas y presuntos actos de corrupción.
En la comunidad de Chemuyil, los habitantes han denunciado que la planta de tratamiento de aguas residuales no está funcionando correctamente. Esta falla ha provocado filtraciones de aguas negras hacia los mantos freáticos, lo que representa una amenaza directa para la salud pública. El agua potable que se extrae de estos mantos está siendo contaminada, y los efectos ya se sienten en la población: se han reportado múltiples casos de enfermedades gastrointestinales, especialmente en niños y adultos mayores.
Tulum en crisis hídrica: CAPA señalada por contaminar mantos freáticos y cobrar de más
Vecinos como Lorena Cruz han documentado los impactos en la salud de sus familias, mientras que Ariel López Novelo ha denunciado recibos de agua con montos de hasta 4 mil pesos, a pesar de que el servicio es irregular o incluso inexistente. En otras zonas del municipio, se han registrado cobros aún más altos, como un caso de 15 mil pesos en un solo mes, sin que CAPA ofrezca una explicación técnica ni soluciones.
El problema se extiende más allá de Chemuyil. Colonias como La Veleta, CROC, La Ejidal, Tumben Kah y otras carecen completamente de drenaje sanitario. Más de 28 mil personas viven sin acceso a una red de saneamiento adecuada. Por lo que dependen de fosas sépticas improvisadas que, en muchos casos, están mal construidas y contribuyen a la contaminación del subsuelo.
El ingeniero Manuel Aznar Pavón, expresidente del Colegio de Ingenieros de Tulum, ha advertido que el tipo de suelo kárstico de la región facilita la filtración de contaminantes hacia el acuífero. “Todo lo que se vierte en el suelo termina en el agua que bebemos”, explicó. Esta situación pone en riesgo al Gran Acuífero Maya, una de las reservas de agua dulce más importantes de América Latina.
Relleno sanitario y CAPA, nuevos “negocios”
Además, el manejo de residuos sólidos también ha sido objeto de críticas. El relleno sanitario de Tulum fue adjudicado a una empresa con vínculos políticos, lo que generó sospechas de corrupción y uso indebido de los recursos públicos. Mientras tanto, CAPA continúa recaudando millones de pesos por un servicio que no cumple con los estándares mínimos de calidad.
La ciudadanía exige transparencia, rendición de cuentas y la creación de un Instituto de Planeación Municipal (IMPLAN) que supervise técnicamente las obras de infraestructura. Sin estas medidas, Tulum corre el riesgo de colapsar ambientalmente y perder su atractivo como destino turístico sostenible.
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