Si queremos un futuro más promisorio y sustentable para el planeta es necesario retomar, con mayor fuerza, la discusión sobre la justicia ambiental e impulsar acciones concretas en la academia, consolidando la ecología política como campo de estudio importante e indispensable, aseguró la secretaria General de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Patricia Martínez Torreblanca.
Existe profundo trasfondo histórico sobre la apropiación de la naturaleza latinoamericana, que ha situado a las comunidades de la región en lucha permanente para desarrollarse de manera autónoma, de abajo hacia arriba, dijo.
Nuestro contexto nos exige, como científicos sociales, con razones de peso, el perfeccionamiento de la justicia ambiental y la paulatina, pero sólida, transformación socioecológica, dijo.
De acuerdo con la experta, es necesario garantizar que las preocupaciones por las consecuencias que afectan nuestro metabolismo social se constituyan en ocupaciones reales y efectivas, en aras de sobrevivir como especie, de proteger y ejercer plenamente nuestros derechos, salvaguardar la dignidad humana del planeta y, al mismo tiempo, procurar escenarios de vida más prósperos.
Martínez Torreblanca enfatizó que la verdad detrás de la declaración del medio ambiente es tan basta, que rebasa el discurso globalizado sobre el calentamiento global.
La sobreexplotación de recursos y territorios, segregación y múltiples luchas que contravienen el progreso igualitario de las diferentes poblaciones del mundo, se circunscriben a asuntos de carácter productivo o industrial, no se reducen adversidades derivadas del aumento poblacional, mucho menos pensamos que se solucionan con políticas centralizadas, acciones individuales o proyectos políticos o públicos, de manera aislada, añadió.