Un estudio pionero de la ANU (Australian National University) ha demostrado que los aerosoles, pequeñas partículas en suspensión, debilitan los ciclones al impedir que se desarrollen plenamente.
La investigación se publica en la revista Journal of Geophysical Research: Atmospheres. La profesora asociada Roslyn Prinsley, que la dirigió, considera que dado que el cambio climático aumenta la peligrosidad de los ciclones, es necesario encontrar soluciones innovadoras.
«Otros han analizado el impacto de los aerosoles en un ciclón completamente desarrollado, cuando podría estar a punto de tocar tierra. Pensamos que sería más fácil detenerlos antes de que se inicien. Ahora hemos demostrado que es posible reducir su intensidad en esas etapas iniciales.
Debilitar los ciclones
La clave para debilitar los ciclones reside en comprender la compleja física de la formación de las nubes, incluyendo cómo interactúan las partículas diminutas, cómo se libera el calor y cómo estos procesos se afectan mutuamente».
Según Prinsley, los esfuerzos anteriores para modificar las tormentas han fracasado porque los investigadores no pudieron predecir con fiabilidad qué sucedería. Sin modelos de pronóstico precisos, los intentos de alterar la formación de nubes han sido, en gran medida, meras conjeturas.
Esta nueva comprensión de cómo los aerosoles de diferentes tamaños alteran la formación de ciclones sienta las bases para futuros ensayos científicos.
Fuente: europapress.es