Cada vez es mayor la preocupación mundial debido a que los glaciares se están derritiendo a ritmos alarmantes a causa del cambio climático y la actividad humana.
Así ocurrió en 2018 con el glaciar Ayoloco, el cual estaba a más de cuatro mil 600 metros de altura sobre el nivel del mar, en una de las cumbres más altas de nuestro país, el Iztaccíhuatl, y que era visible desde el Valle de México. De aquel emblemático cuerpo de hielo hoy extinto sólo queda una placa metálica como evidencia de que, alguna vez, ahí estuvo.
A decir de Hugo Delgado Granados, del Instituto de Geofísica de la UNAM, este proceso de desaparición se debe a un desbalance en su equilibrio natural, pues los glaciares reciben menos precipitación de nieve y sufren una mayor pérdida de masa por el aumento de la temperatura local (concordante con un aumento de la global). Este fenómeno no sólo afecta a la disponibilidad de agua en distintas regiones del mundo, sino que altera el clima y la biodiversidad de los ecosistemas montañosos.
Temperatura global
“El incremento de la temperatura global ha elevado la línea de equilibrio de los glaciares, es decir, la altitud a la que la acumulación de nieve compensa la fusión del hielo. En el caso de México, dicha franja límite ha ascendido hasta los cinco mil 300 metros sobre el nivel del mar, lo que significa que la nieve estacional que cae en elevaciones como el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl no logra convertirse en hielo permanente. La Mujer Dormida ya se encuentra por debajo de tal nivel, por lo que cualquier nevada que caiga sobre ella terminará derritiéndose”, explica.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tan sólo en 2023 los glaciares perdieron más de 600 gigatoneladas de agua, la mayor merma de masa consignada en los últimos 50 años, una situación preocupante ya que, según la misma entidad, hay más de dos mil millones de personas en el planeta (cifra similar a la suma de las poblaciones de Estados Unidos y China) que dependen del deshielo de glaciares y nieve como una fuente crucial y constante de agua dulce.