La transición energética a nivel mundial es una cuestión urgente que implica importantes cambios económicos y sociales.
Es un proceso que implica cambios en la organización de la economía global, en la generación, distribución y consumo de energía, y en los patrones de producción y consumo de bienes y servicios.
“La civilización industrial está basada en el crecimiento exponencial asociado a la energía”, dijo Luca Ferrari, investigador y exdirector del Centro de Geociencias de la UNAM.
Raúl Ornelas Bernal, secretario general de la Academia Mexicana de Ciencias, recalcó que ese proceso de cambio debe ser integral.
“No se trata sólo de cambiar de una fuente de energía a otra, sino de modificar la manera en que nos organizamos como sociedad, la forma en que consumimos y producimos, la manera en que nos movilizamos y en que interactuamos con la naturaleza”.
Los expertos coincidieron en que la transición energética es una oportunidad para construir una sociedad más justa, equitativa y sostenible. “No podemos seguir pensando que el crecimiento económico y la preservación del medio ambiente son objetivos contradictorios”, señaló Ornelas Bernal.
¿Qué es la transición energética?
La transición energética es el proceso de cambio de un sistema energético basado en combustibles fósiles a un sistema basado en fuentes de energía renovable y no contaminantes.
Implica cambios en la generación, distribución y consumo de energía, así como en los patrones de producción y consumo de bienes y servicios.