México 1 julio._ La empresa IHI Corporation de Japón lleva años desarrollando tecnología de turbinas submarinas. En 2017, se asociaron con la Organización de Desarrollo de Tecnología Industrial y Nuevas Energías (NEDO) para probar una ingeniosa turbina llamada Kairyu.
Los océanos de nuestro planeta son invaluables: albergan ecosistemas enteros, enfrían el planeta y son hermosos a la vista. Sus aguas también contienen reservas de energía limpia que no han sido explotadas. La energía en la fuerza de las maras y el movimiento del agua es difícil de aprovechar, ya que las máquinas hechas por el hombre son vulnerables a los climas extremos y el agua.
Kairyu quiere decir “corriente oceánica” en japonés. La máquina está hecha de tres cilindros conectados de 20 metros de largo de generadores de energía con palas de turbina, similares a las de los molinos de viento. Fabricada en acero resistente a la presión, la máquina debe hacer frente a las aguas turbulentas.
Corrientes del Pacífico
Está diseñada para ser anclada y flotar a unos 50 metros por debajo de la superficie. A medida que las corrientes superficiales mueven las palas, giran en direcciones opuestas, estabilizando así la turbina a la que están unidas. También puede maniobrar para atrapar la corriente en su punto más fuerte.
La corriente creada por las aguas arremolinadas del giro del Pacífico norte se canaliza hacia la fuerte corriente de Kuroshio cerca de la costa de Japón. Como una nación insular con montañas, Japón tiene aguas costeras en abundancia, pero menos espacio para colocar paneles solares y molinos de viento en tierra.
Después de una prueba de tres años y medio en el océano, Kairyu puede producir 100 kilovatios de energía. Esto es significativamente menos que los 3,6 megavatios de la turbina eólica marina promedio. Sin embargo, los investigadores creen que podrían crear un modelo más grande que produzca 2 megavatios.