Autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Aspen Institute México dieron a conocer el libro Exploraciones del mundo subterráneo. Un acercamiento al gran acuífero maya.
En la cosmovisión de los pueblos mayas prehispánicos y contemporáneos, las cuevas y los cenotes “tienen un carácter ambivalente como lugares de vida y confines de muerte”, accesos al inframundo y, a la vez, “depósitos de los bienes y recursos que alimentan a la humanidad”.
El director general del INAH, Diego Prieto Hernández, leyó el texto introductorio que escribiera Sánchez Nava, destacando los esfuerzos interdisciplinarios e interinstitucionales que en años recientes se han conjuntado para explorar, investigar y conservar el acuífero de la península de Yucatán.
Patrimonio
“Este patrimonio hídrico, geológico, paleontológico, arqueológico y cultural, en el sentido más amplio, tiene que comprometernos a todos”, destacó el antropólogo al señalar que en 2017 se iniciaron gestiones encaminadas a la conformación de los expedientes técnicos y requerimientos necesarios para que, a futuro, el acuífero sea reconocido como Patrimonio Mundial, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Agregó que actualmente la herencia cultural y natural del sureste mexicano –manifiesta en sitios arqueológicos como Paamul II o formaciones como las cuevas Ocho Balas y Garra de Jaguar– es investigada como parte de los trabajos que la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el INAH llevan a cabo en el marco del proyecto prioritario Tren Maya.