El cambio climático no solo amenaza los polos o los bosques: también está afectando a los maratones.
Un estudio de Climate Central advierte que el 86% de las principales carreras del mundo perderán sus condiciones “ideales” para correr antes de 2045.
Las temperaturas perfectas para el máximo rendimiento —unos 4 °C para hombres y 10 °C para mujeres— se están volviendo raras.
En maratones como Berlín o Tokio, el calor ha aumentado tanto que los días con clima óptimo son ahora tres veces menos frecuentes que hace veinte años.
El presidente de World Athletics, Sebastian Coe, fue claro: “El cambio climático no es una amenaza futura, es una realidad que ya está poniendo en riesgo la salud de los atletas”.
Explicó que las competencias han tenido que adelantar horarios y modificar recorridos para evitar golpes de calor.
Ejemplos sobran: en Tokio, varios corredores colapsaron pese a mover las pruebas media hora antes, y en París 2024, el calor provocó desmayos y abandonos.
La corredora británica Mhairi Maclennan lo resumió con una frase que lo dice todo:
“Entrenamos años para rendir unas horas, pero si el clima no coopera, todo ese esfuerzo se derrite en el asfalto”.
Los expertos concluyen que, sin reducir las emisiones globales, los récords seguirán cayendo… pero por el calor, no por velocidad.
Con información de Marca.
 
				
 
 
