México 17 enero._ Científicos de la Universidad de North Carolina State, sugieren que las hormigas pueden no ser capaces de ajustar su comportamiento en respuesta al calentamiento de los ecosistemas. Este hallazgo, fue publicado en el ‘Journal of Animal Ecology’.
Las hormigas son animales ectotermos, cuya temperatura corporal depende del entorno. Aunque estos animales experimentan diversas temperaturas en su vida diaria, la mayoría de los ectotermos prefieren hábitats ligeramente más fríos que la denominada temperatura óptima de funcionamiento, en la que un animal ectotermo puede realizar mejor todas sus funciones vitales.
Si encuentra un entorno más cálido que el punto óptimo, un ectotermo corre el riesgo de acercarse al extremo letal del espectro de su fisiología. En otras palabras, si hace demasiado calor, los ectotermos morirán.
Cambio climático
Sin embargo, poco se sabe sobre cómo o si los insectos ectotermos ajustarán su comportamiento para evitar rangos de temperatura más cálidos pero subletales, en los que el funcionamiento es fisiológicamente posible pero no óptimo, que son cada vez más probables debido al cambio climático global.
Para saber más sobre cómo pueden responder las especies de insectos a esas temperaturas más cálidas y subletales, los investigadores de la NC State estudiaron cinco especies de hormigas comunes en Carolina del Norte.
Los investigadores contaron y recolectaron hormigas en ecosistemas forestales y midieron las temperaturas del aire en los lugares de recolección para identificar la distribución de los microhábitats disponibles.
Termómetros
Los investigadores también utilizaron un termómetro único para hormigas para medir la temperatura de las propias hormigas (que variaba según el color de la hormiga y el tamaño de su cuerpo).
Por último, para determinar la temperatura preferida de cada especie, los investigadores recogieron algunas hormigas para el laboratorio y las colocaron en una cámara rectangular con un gradiente de temperatura controlado.
Los investigadores descubrieron que las hormigas del laboratorio tenían preferencias térmicas distintas, pero que las hormigas del campo sólo estaban activas en sus climas preferidos con una frecuencia ligeramente superior a la esperada por azar.